Una boda pensada para celebrarse el 23 de abril, Día de San Jordi, que con motivo de la pandemia por la COVID 19 tuvo que posponerse al 11 de septiembre. Y en la que sin embargo estuvo muy presente el espíritu de la celebración de San Jordi, gracias a las rosas rojas que protagonizaron la decoración del evento.
La boda con rosas rojas se celebró en el Convento de Blanes y la ceremonia tuvo lugar de cara al mar, como es habitual en un escenario tan especial como ese. Para situar a los invitados, enmarcamos un pasillo con pétalos de rosas blancas por el que caminó el cortejo.
Se trataba de una pareja joven en la que los amigos de los novios pudieron participar aportando mucha alegría al evento. Las amigas de la novia se vistieron con vestidos granates y llevaron una pulsera floral. Los chicos llevaron una rosa en la solapa de color rosa claro, a diferencia de la del novio que era de color granate.
Las medidas de protección ante la COVID 19 estuvieron presentes en todo el enlace y los novios, muy conscientes de la pandemia cumplieron estrictamente con las normas establecidas por Sanidad. Así, aunque no fue una boda con pocos invitados se tuvo mucho control de la situación y el evento finalizó a la 1 de la madrugada, habiendo tenido lugar solo el baile nupcial.
Durante todo el enlace, tuvimos presente las rosas de color rojo granate ya que son las favoritas de la novia. Para su ramo elegimos una rosa más dulce, en un tono rosa envejecido que fuimos combinando con las de color granate.
Para el banquete elaboramos unos centros de mesas altos, muy vegetativos con las rosas en los mismos tonos, con muchas velas y con un techo estrellado gracias a las bombillas de Leds que colocamos. Los novios se situaron en una mesa presidencial rectangular adornada con una guirnalda frontal con los mismos tonos de toda la boda.