En un enclave único, como es la Masía Mas Sendra situada en plena naturaleza de la Baix Empordà, se celebró esta original boda de estilo natural y campestre, en la que desde la Florería quisimos contribuir a crear un ambiente sencillo, acogedor, romántico y natural.
Para lograr nuestro propósito, en colaboración con las wedding planer de Escrivá Events, aprovechamos el bonito jardín que nos ofrece la Masía Mas Sendra para colocar unas mesas altas y rincones de chill out en el que los invitados pudieran situarse para disfrutar de la exquisita cocina de Moli de l´Escala.
Los invitados, al llegar a la ceremonia, que también se celebró en los verdes jardines de la Masía Mas Sendra, podían fueron agasajados con una refrescante agua de bienvenida, que junto a las sombrillas japonesas fueron los principales aliados para paliar el calor de la jornada.
El menú fue tipo coctel, situándose por todo el espacio distintos emplazamientos de buffets, en los que al principio del almuerzo se servían primeros más frescos, para posteriormente transformarse en segundos platos. Todos ellos guardaban una decoración campestre, haciendo uso de verduras y hortalizas, que con sus vivos colores daban un toque original a la composición. El morado de las berenjenas y lombardas, el amarillo de los limones, los rojos vivos y anaranjados de los tomates y zanahorias así como verdes en todas sus tonalidades aportaban frescor a este enlace estival.
La decoración floral también parecía recogida de la propia naturaleza que nos rodeaba, porque para la ocasión La Florería eligió follaje natural, margaritas, romero, craspedias, paniculata blanca, sempervivum y malvas en distintas tonalidades de azules. Su colocación también contribuía con ese aire natural que se le quiso dar a toda la decoración, ya que el uso de materiales nobles como la madera, el metal, la piedra hacía contraste con centros y caminos de mesa de las composiciones florales.
El color natural del paisaje se fundía con la ornamentación floral y vegetal que se dispuso para esta celebración. Las cestas de mimbre repartidas por todo el jardín y cargadas de flores y distintos productos de la huerta y de la granja, como es el caso de los huevos de corral daban al espacio un aire romántico y natural.